El esquinero es una pieza muy importante de nuestra jaula si sabemos cómo usarlo. Si lo hacemos correctamente no sólo nos facilitará la limpieza diaria, sino que además nos ayudará a ahorrar mucho lecho absorbente al colocarlo solamente dentro de estos recipientes y no por toda la jaula, y además ésta será un espacio más higiénico.
Como esquineros valen cualquier recipiente que tenga al menos una entrada con un borde rebajado para hacer más fácil el acceso para los animales, alentando así a que lo utilicen con el fin para el que lo hemos colocado en la jaula. Este recipiente debe ser de plástico duro y debe poder sujetarse a la jaula, bien a través de ganchos, pequeños alambres flexibles o ambos métodos. Existen esquineros ideados para animales específicamente, pero también podemos utilizar objetos cotidianos para este cometido: bandejas, recipientes plásticos… Si el esquinero que hemos adquirido tiene rejas, debemos retirarlas antes de utilizarlo, pues pueden ser peligrosas para las patas y cola de las ratas.
Además, que el esquinero tenga un tamaño suficiente para que quepan dos o tres ratas a un mismo tiempo también lo hará más atractivo para su uso, incluso podremos ver cómo las ratas pasan bastante tiempo en él.
Si nuestra jaula tiene diferentes alturas, es recomendable que haya un esquinero en cada una de ellas, para facilitar a las ratas el poder utilizar los esquineros cuando lo necesiten con urgencia. No debemos olvidar que las ratas son roedores, y por tanto, sus esfínteres no están muy desarrollados, por lo que es posible que continuemos encontrando heces, y sobre todo orines, en el resto de la jaula. No es una situación grave, sobre todo si tenemos en cuenta que un marcado de este tipo también significa para las ratas el reconocimiento de dicho espacio como un lugar seguro o que reconocen como propio.
Para que nuestra tarea educativa resulte más sencilla, es imprescindible saber qué lugar dentro de la jaula prefieren ellas de manera natural para defecar. Si colocamos en él nuestro esquinero, obtendremos más resultados que si lo hiciéramos en cualquier otro punto, por lo que debemos fijarnos en qué zonas sucede este comportamiento habitualmente. Si el lugar que eligieron previamente para defecar y donde hemos colocado un primer esquinero parece que se ha desplazado a otro rincón, podemos mover allí el esquinero, o bien, añadir uno nuevo. También es importante colocar esquineros cerca de su lugar favorito para dormir, ya que necesitarán usarlo una vez despierten.
Para incitar a los animales a utilizar estas rinconeras, dejaremos en ellas algunas heces, lo que servirá a reconocer el cometido de la zona. Si pasado un tiempo no ha habido avances, es recomendable realizar una limpieza a fondo del resto de lugares donde siguen haciendo sus necesidades y asegurarnos de que estamos colocando los esquineros en los rincones correctos.