Como cualquier animal, las ratas también pueden dar alergia, ya que su orina, su saliva y las células muertas de su piel son bastante reactivas. Todas ellas pueden encontrarse en sus patas, su cuerpo y esparcidas por la jaula, y son bastante volátiles y afectar al aire a su alrededor, por lo que no es sencillo evitar una reacción alérgica cuando vivimos con ratas y somos alérgicos a ellas.
Las reacciones alérgicas más comunes son enrojecimientos en la piel en aquellas zonas que hayan estado en contacto directo con las ratas, así como congestión, estornudos y dificultad para respirar, como sucede en otras alergias de este mismo tipo.
Es muy habitual que se piense que las ratas de variedades “sin pelo” (hairless, fuzz) den menos reacción que otras variedades “con pelo”, pero esto no es así, y pueden dar la misma alergia que cualquier otra rata, ya que no es el pelo el que genera la reacción alérgica. Realmente, cualquier rata puede dar más o menos reacción que otra, independientemente de su variedad, ya que la alergia depende de cómo nuestro cuerpo reaccione ante determinados alérgenos, no del alérgeno en sí. Incluso pueden darse casos en los que una de las ratas nos dé más alergia que otra, solamente porque nuestro cuerpo es más «compatible» con los alérgenos de algunas de ellas y más reactivo con otras.
Antes de adoptar, si tienes dudas sobre si tendrás alergia a las ratas o si padeces alergia a otros animales, te recomendamos interactuar con ratas previamente. Esto puedes hacerlo visitando a alguien que tenga ratas o bien haciéndote casa de acogida. Así, podrás comprobar con qué ratas eres más compatible, o si te surgiera cualquier problema de salud, se podrán reubicar a las ratas en otro hogar. No recomendamos adoptar ratas si se conoce ya que tenemos alergia o si creemos que pudiéramos tenerla.
En ocasiones, no somos nosotros los alérgicos, sino miembros de nuestra familia. En este caso, deberemos contar con su autorización y proceder del mismo modo que si fuéramos nosotros mismos los alérgicos, no adoptando directamente si desconocemos cómo puede afectar a otras personas de nuestro entorno más cercano.
También es posible desarrollar alergia a las ratas pasado un tiempo conviviendo con ellas, aunque es más infrecuente. En estos casos, recomendamos seguir estas pautas para minimizar las reacciones alérgicas:
- Lleva ropa de manga larga que cubra la máxima superficie de tu piel. Esto impedirá que entre en contacto directo con las ratas.
- Si tu alergia es fuerte, puedes llevar guantes o mitones de algodón. No recomendamos guantes de látex ni similares, pues emanan un olor bastante fuerte que puede ser molesto para tus ratas.
- Lávate inmediatamente las manos y la cara y el cuello, y evita tocarte con las manos sucias, especialmente los ojos y mucosas.
- Cámbiate de ropa después de haber estado en contacto con las ratas. Puedes utilizar unas prendas concretas solamente para estar con ellas para no mezclarlas nunca con tu ropa habitual.
- Mantén la jaula de tus ratas lejos del lugar en el que descanses, especialmente en un lugar donde no pases mucho tiempo.
- Puedes bañar a tus ratas periódicamente (cada 3 o 4 meses aproximadamente).
- Limpia con mayor profundidad la jaula y realiza una limpieza diaria exhaustiva, cambiando el lecho y las telas que haya en ella.
- En ocasiones la alergia puede ser al lecho que utilizas en la jaula de tus ratas. Prueba diferentes lechos higiénicos adecuados, y mira cuál os va mejor tanto a las ratas como a ti.
- Consulta con un médico para que te recete antihistamínicos.
Sea como fuere, por favor, no des en adopción a tus ratas sin haber probado estas medidas previamente, y sobre todo no las abandones.