La porfirina es una sustancia de color rojizo que se produce en las glándulas de Harder de las ratas. Su presencia es algo normal pero puede asustar a los dueños primerizos, pues puede parecer sangre. Esta sustancia puede ser segregada a través de los ojos o la nariz y es normal que tengan un poco de porfirina acumulada después de despertarse, pero una rata sana debería ser capaz de eliminar los restos con relativa rapidez. Por ello, debemos prestar atención a esta sustancia, pues una presencia excesiva podría ser síntoma de algún problema de salud, físico o psicológico, como el estrés, una mala alimentación o una patología, por lo que deberemos acudir al veterinario.
Cuando se produce un exceso de porfirina, las ratas pueden mostrarse con las patas delanteras de color rojizo al haberse limpiado el hocico y los ojos, y también puede aparecer extendida por el rostro o la cabeza, algo muy llamativo en ratas de colores claros, pero siendo una coloración ligera no deberemos preocuparnos.
Sin embargo, debemos considerar a la porfirina como un aliado delator de problemas de salud que es posible que no seamos capaces de detectar de otra manera. Ante esta situación, debemos acudir al veterinario y tratar de buscar otros síntomas que se nos hayan podido pasar por alto.