Cuando tenemos una rata sola y queremos darle un compañero, o tenemos un clan establecido y queremos ampliarlo, lo primero que debemos hacer cuando llegue la nueva ratita es pasar un periodo de cuarentena. NUNCA juntaremos dos ratas que no se conocen directamente, pues se han dado casos de peleas a muerte. No podemos olvidar que las ratas son animales territoriales y muy agresivos con los intrusos.
Durante la cuarentena, nos dará tiempo a comprobar que la nueva rata esté sana o ver si tiene alguna enfermedad o parásitos que pueda contagiar a las que ya tenemos en casa. La cuarentena debe hacerse siempre que sea posible en habitaciones diferentes, y evitar cualquier tipo de contacto entre nuestras ratas y la nueva. Si tenemos la posibilidad de hacerla en viviendas diferentes será aún mejor.
Después de comprobar que nuestra nueva ratita está sana, pondremos ambas jaulas cerca una de la otra, para que se puedan oler entre los barrotes pero separándolas unos 15 ó 20 centímetros, para que no lleguen a tocarse ni puedan agredirse. Poco a poco iremos cambiando accesorios de la jaula para que se mezclen los olores: las hamacas, un poco de sustrato, los juguetes… Si las jaulas tienen un tamaño similar también podemos intercambiar a las ratas de jaula en vez de mover su contenido. Esto facilitará que las ratas reconozcan ese nuevo olor extraño en su territorio y poco a poco dejen de verlo como una amenaza.
Unos días o semanas después de realizar el paso anterior, podremos comenzar a presentarlas en un terreno neutral, es decir, un lugar en el que no hayan estado nunca ninguna de las ratas, para que no lo reconozcan ni lo defiendan como su territorio. Es importante este detalle o podremos tener problemas. En esta zona «de nadie» veremos cómo reaccionan, si se llevan bien y no hay ningún problema o si se pelean. Según lo que suceda, alargaremos más o menos el periodo de socialización.
Cuando en el terreno neutro no haya peleas durante varios días podemos juntar a todas las ratas en la jaula definitiva donde convivirán. Para esto debemos realizar una limpieza a fondo del alojamiento y los accesorios para que sea un lugar nuevo para todas. Es importante cambiar la distribución de la jaula para que no la reconozcan, y que incluso los barrotes de la misma estén limpios.
Las ratas suelen «pelearse» para decidir la jerarquía del grupo. Estas peleas son simples revolcones en los que no hay heridas ni sangre, aunque sí pueden ser muy escandalosas. Si vemos que nuestras ratas se pelean y se hacen heridas serias o graves debemos separarlas y comenzar de nuevo la socialización desde el principio del todo, con más tranquilidad.
Hemos comprobado que presentar grupos establecidos y nuevas ratas en un territorio neutral funciona bien. También hemos tenido más éxito si el recién llegado pasa una media hora con los miembros sumisos del grupo antes de introducir al miembro dominante al final de la presentación cuando se trata de clanes ya establecidos.
Las ratitas de menos de tres meses son mucho más fáciles de introducir, mucho más si es entre otras ratas jóvenes, llegando a necesitar una semana de presentaciones en total o incluso menos.