Ratas en las Islas Canarias

Es muy importante, antes de decidirnos a compartir nuestra vida con una especie animal (o vegetal) concreta, conocer la normativa que la rodea y saber cómo puede afectarnos. Por ello, es muy importante saber por qué NO se deben tener ratas en Canarias.

Como amantes de los animales, y de las ratas en particular, nos apena que existan personas que no puedan disfrutar ya más de su compañía, como sucede en la comunidad canaria, pero todo tiene un motivo, aunque a priori no lo veamos.
El 2 de agosto de 2013 se publicó un BOE  que dictamina que la rata (tanto Rattus norvegicus, que es la especie que tiene variedad doméstica, como Rattus rattus) es una especie invasora en las Islas y no puede tenerse ya más en nuestros hogares.

¿Qué es una especie invasora?

Una especie invasora es  aquella que esté fuera de su hábitat natural y se encuentra perjudicando el hábitat de otras especies, tanto animales como vegetales. A veces, una especie autóctona también puede proliferar en exceso y crear este desequilibrio para otras especies con las que convive, pero en este caso, la rata fue introducida en las Islas a través de diferentes rutas marítimas.

¿Por qué se considera a la rata una especie invasora en Canarias?

Tristemente, la rata es una especie invasora debido a su enorme capacidad de reproducción y la ausencia prácticamente total de depredadores en estas islas (a excepción de algunas pocas rapaces, perros o gatos callejeros). Por suerte o por desgracia, la flora y la fauna de Canarias son singulares y escasas, hay muchísimas endémicas: ¡hay especies que no aparecen en ninguna otra parte del planeta y están gravemente amenazados! Algunas de estas especies son parte de la dieta de la rata, y al ser tantas y tan voraces, se ven en grave peligro simplemente con su presencia.

¿Qué pasa con las ratas en Canarias?

No os alarméis, no se van a erradicar todas las ratas de las islas, pero quiere controlarse su población para evitar un exceso de individuos y una depredación de especies protegidas. Una buena medida es impedir que la gente tenga ratas domésticas, las haga criar y las abandone luego a su suerte en un descampado o una pradera, como venimos viendo los últimos años. Realmente, la culpa es nuestra como seres humanos.
Las ratas que ya hubieran nacido antes de la publicación del BOE se debieron registrar en el censo de la Administración de cada municipio correspondiente. Respecto a ratas nacidas con posterioridad a esta fecha, son animales que se encuentran en une stado irregular.  Las tiendas de animales y los particulares ya no podrán criar ni vender más las ratas (ni como mascota ni como alimento).

¿Qué tengo que hacer si sé que se siguen vendiendo ratas?

Si conocemos cualquier caso, tanto en tiendas como particulares, de cría o venta de ratas, lo que debemos hacer es denunciarlo a las autoridades competentes. Por desgracia, es posible que no se tomen en serio esta nueva normativa, por lo que si no acuden deberemos insistir y hacer referencia a la Ley del BOE.

¿Por qué cumplir con esta nueva normativa?

¿Por qué nos importa tanto que el orangután siga en Sumatra, el elefante africano se proteja y el tigre recupere su nivel de poblaciones? ¿Acaso no valen lo mismo las 16 especies de reptiles endémicos, las tortugas marinas que desovan en las costas de las islas (y que las ratas comen sus huevos), las 6 especies y 36 subespecies de aves endémicas, murciélagos y musarañas? Y ni hablar de la flora…
No hay que olvidar que esto es patrimonio de todos, de todo el mundo, es biodiversidad. Es parte del mundo que dejaremos cuando nos vayamos, y deberíamos dejarlo en el mejor estado posible. Es triste que tengamos que sacrificar nuestra voluntad y libertad para evitar que estas especies desaparezcan, pero ¿es acaso comparable con el legado que dejaremos para el futuro?